Fue fenomenal ver a gente como el humilde yuyero, el mesitero, los vendedores, los funcionarios de supermercados, maestros de escuelas y colegios privados, hasta encumbrados comerciantes, profesionales, etc., unidos todos por conseguir mediante manifestación pacífica y legal, además de justa reivindicaciones como la reapertura de la frontera con Brasil, pues es indiscutible que nuestros comercios, nuestra economía se nutre de la visita de estudiantes, compradores, turistas, inversionistas brasileños.
Todos los méritos para quienes tomaron la bandera del trabajo y de la ciudadanía fronteriza, porque no se puede negar la pálida actuación de nuestros representantes que, como siempre, aparecen y se autovanaglorian una vez consumados los hechos.
Los políticos del Amambay obviaron una regla fundamental en política; ESCUCHAR A LAS PERSONAS Y CENTRARSE EN SUS NECESIDADES. JAMAS LUCHARON POR LOS ELECTORES. Al contrario, solo sirven a algunos grupúsculos serviles y que dañan mucho a la sociedad, pues los componentes de estos grupos son personas sin preparación cívica ni mucho menos moral y, algunos carecen de sabiduría y conocimiento.
La miopía o la mediocridad de nuestras autoridades lo han llevado al descredito justo por parte de los ciudadanos que ven que estas autoridades están cada vez ricos, millonarios, acusados de actos ilícitos, deshonestos o en la justicia o por la propia ciudadanía y divorciados de las necesidades del pueblo humilde, trabajador, pero digno.
Alegra y mucho confirmar que no existe divorcio entre los intereses del pueblo y de los generadores de empleos (comerciantes, industriales, empresas de servicios, las universidades, etc.). Alegra sobremanera confirmar que la unión de las fuerzas laborales y empresariales de Pedro Juan Caballero tiene como epilogo la reapertura de la frontera. El destaponamiento del conducto por donde circula la sabia fundamental en cualquier economía; las transacciones.
Nos resta saludar con unción al pueblo y a los circunstanciales líderes que propulsaron este movimiento ciudadano, ejemplo para todos, ya que se ha defendido la dignidad del pueblo y ha dejado en offside a políticos que están más preocupados por sus pecunias e intereses personales y desoyen las suplicas de la gente necesitada.
Lo positivo, igualmente, de todo esto es que hemos dado un rotundo mentís a las personas o medios de comunicación que siempre han dicho que la economía fronteriza, de Pedro Juan Caballero, dependía del contrabando y narcotráfico. Con esta pandemia se ha demostrado de que nuestra ciudad es sana y depende de la economía formal, tal vez muchas veces no legal, pero si justa.
Los temperamentos idealistas de los líderes marcantes de esta manifestación ciudadana no deben decaer. Al contrario debe ir subiendo, en ascenso, para lograr un desarrollo más integral de nuestra querida comunidad.
#Pedro Juan Digital
