Es importante recordar al pueblo que si en las elecciones hay cohecho o no hay, eso no inválida los votos que hay a favor de los corruptos y, consecuentemente de una reelección como ya se avizora en nuestra comunidad. Entonces hay que reflexionar seriamente a la hora de votar. Ya conocemos a todos los candidatos. Los mejores hombres de la sociedad no participan como postulantes porque o son de escasos recursos o no les anima entrar en el fango político, no por cobardía y si por prudencia y amor a su familia. Porque sabe que en las elecciones impera el deshonesto, el que tiene mucho dinero malhabido para comprarse los votos y la conciencia (conciencia?) de los ciudadanos.
Confiamos en que los conciudadanos se hayan percatado del daño que causa a todos los actos deshonestos y se opongan a la corrupción que es la obligación más importante de un patriota. No esperemos más, no nos dejemos engañar, no nos dejemos afanar de nuevo. Está visto que personajes sin estructura, moral, sin conocimientos, sin valores, y lo peor sin ética, llegan al poder y como ya era corruptible, de lleno entra en la corrupción y desdeña, desprecia y traiciona al pueblo. No les interesa la falta de trabajo, no les interesa la miseria que sufre el pueblo, no les interesa la educación, la seguridad ni salud del pueblo. Contubernian entre todos para robar, corruptear en directo perjuicio al compatriota. Se llenan de dinero malhabido los bolsillos, hacen gala de su opulencia y se ríen de ese pueblo afanado. Aseguran el futuro de sus familiares y amigos y no les importa el futuro de sus compueblanos de sus compatriotas quienes, lastimosamente, les votaron para autoridad, pero muy por el contrario, hacen uso y abuso de la autoridad que mansamente les confiere este desprevenido pueblo.
Y esto se evidencia con solo mirar quienes son los políticos y sus allegados y respaldados, donde ocupan cargos y puestos, cuanto perciben, tienen o no capacidad y valores; miren sus residencias, su modo de vivir. No es difícil concluir que esta gente está con mucho dinero que cotidianamente afanan al pueblo. Hoy ostentan sin empacho, sin descaro el producto de sus robos. Mansiones, chacras, quintas, terrenos de aquí para allá, paseos, fiestas opulentas, coches de lujo, ropas de marca, dos o tres empleadas, grandes comilonas, mujeres, regalos, viajes caros de placer, animales de raza y mucho dinero en casa y en bancos del país y del exterior; negocios por doquier, todo escamoteado al pueblo. No tienen ni una pizca de vergüenza. Son sencillamente inmorales. Sin valores.
COMPATRIOTAS, COMPUEBLANOS: TEN EN CUENTA QUE NO ES LA POLITICA LA QUE HACE A UN CANDIDATO CONVERTIRSE EN UN LADRON, ES TU VOTO EL QUE HACE A UN LADRON CONVERTIRSE EN POLITICO. La peor dolencia del que padecemos los paraguayos no es el covid 19, no es el dengue. LA PEOR ENFERMEDAD QUE SUFRIMOS ES LA CORRUPCION QUE ACARREA LA POBREZA, LA MISERIA DE MUCHOS Y ENRIQUECE A POCOS QUE GOBIERNAN A LOS MUCHOS Y ELECTOS POR LOS MUCHOS. ES PARADOJICO, PERO ES LA PURA VERDAD.
El mayor y mejor de los cómplices de los corruptos es la indiferencia de la gente. Y no nos explicamos cómo se puede continuar rindiendo pleitesía a quienes nos roban, a quienes se burlan, a quienes se enriquecen robando día a día. Y deducimos que existe una complicidad vergonzosa entre los corruptos y el pueblo que lo consiente, pues si existe algo peor que un político corrupto es un ciudadano que le es servil, que les adula, que les zalamea, que les paparica, que los defienda y los apoye.
No olviden que todos los corruptos son como tigres de papel, que aparentan ser poderosos, como el caso de OGD, Nicolás Leoz, y muchos otros políticos y personajes nacionales, pero que en realidad no lo son tanto. Es realmente el pueblo el que tiene el arma para sacarlos, para expulsarlos., porque el pueblo el que es realmente poderoso.
Levantar una piedra para dejarla caer sobre los propios pies es un dicho con qué se puede describir el comportamiento de ciertos estúpidos, que a cada elección elige y vota a su verdugo.
"Una sola chispa puede incendiar toda la pradera".
Por Lic. Osvaldo Paniagua - Catedrático
