La preocupación de la Policía Federal se centra en el hecho de que, durante años, la colaboración de la DEA había sido crucial para controlar la actividad criminal en esta región. El portal de noticias "Correio do Estado" informa que, antes de la ruptura, aproximadamente 300 agentes de la SENAD operaban en la frontera, apoyados con información, recursos y capacitación proporcionados por la DEA. Sin embargo, la reciente decisión de Paraguay de desvincularse de este apoyo pone en riesgo los logros alcanzados en la lucha contra el narcotráfico.
A pesar de que Pedro Juan Caballero y Ponta Porã son puntos neurálgicos en el tráfico de drogas, es interesante notar que la Policía Federal parece centrar su atención casi exclusivamente en esta frontera, ignorando otras posibles rutas de tráfico. Esta percepción puede engendrar una falsa sensación de seguridad en las demás áreas fronterizas, donde los grupos criminales pueden adaptarse y buscar nuevas oportunidades para operar sin interrupciones.
Carlos Henrique Cotta D'Ângelo, superintendente de la Policía Federal de Mato Grosso do Sul, advirtió que las debilidades en la vigilancia fronteriza, si se vuelven crónicas, podrían dar pie a un incremento en la actividad delictiva. Por tanto, es imperativo que se mantenga un enfoque proactivo en la cooperación internacional y el fortalecimiento de las capacidades locales para enfrentar una problemática que no respeta límites geográficos.
En conclusión, aunque Pedro Juan Caballero y Ponta Porã se encuentran en el centro de la atención de las autoridades debido a su rol en el narcotráfico, es fundamental adoptar una visión más amplia que contemple todas las fronteras y posibles rutas de tráfico en la región. La colaboración entre países y la implementación de estrategias efectivas son vitales para combatir de manera integral el narcotráfico en Sudamérica.
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@danifiguesti