La jueza Carmen Elizabeth Silva Bóveda, junto a sus colegas Mirna Carolina Soto González y Mario Francisco Peralta Ovelar, fundamentó la sentencia en pruebas que demostraron la existencia de maltratos físicos a la víctima, quien, en algunas ocasiones, sufrió estos abusos incluso durante su embarazo. Este aspecto del caso subraya la gravedad de la violencia familiar, que no solo afecta a las víctimas directas, sino que también impacta en el bienestar de los hijos involucrados.
El tribunal dispuso, además, que se imponga una prohibición de acercamiento a la víctima, lo que es un paso importante para garantizar su seguridad y bienestar. Este caso es un recordatorio del compromiso de la justicia en la lucha contra la violencia de género y la importancia de proteger a las víctimas.
En resumen, la condena a Luciano Cabral Carmona resalta la relevancia de abordar la violencia familiar con seriedad y rigor, así como la necesidad de medidas de protección para las víctimas. La sentencia no solo busca castigar al agresor, sino también enviar un mensaje claro sobre la intolerancia hacia cualquier forma de violencia en el ámbito familiar.
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@danifiguesti