La Guerra del Chaco dejó profundas cicatrices en ambos países, con más de 150.000 soldados paraguayos movilizados y alrededor de 33.000 vidas perdidas en batalla por parte de Paraguay. El acuerdo de paz no solo significó el fin de la guerra, sino también un alivio para los soldados y sus familias. La recuperación de territorio chaqueño por parte de Paraguay y la demostración de valentía y resistencia durante el conflicto consolidaron la posición del país como una nación que defiende con valentía su territorio.
La conmemoración de este aniversario nos invita a reflexionar sobre los horrores de la guerra y la importancia de la diplomacia en la resolución de conflictos. Es un recordatorio de que la paz es posible con voluntad y compromiso. A 89 años de este acontecimiento, honramos la memoria de quienes sacrificaron sus vidas y reafirmamos la importancia de trabajar por la paz y la cooperación entre naciones. Este aniversario es una oportunidad para recordar el pasado con patriotismo y veneración, y para inculcar a las nuevas generaciones el amor a la patria y la defensa de la soberanía. Es crucial luchar por un Paraguay más justo y seguro, donde la soberanía y la paz sean inquebrantables, en un escenario donde las amenazas actuales como el crimen organizado y la corrupción plantean nuevos desafíos.