Acevedo recordó que la Constitución Nacional de Paraguay, en su artículo 143, establece claramente la no injerencia en asuntos internos como un principio fundamental de la política exterior. En este sentido, argumentó que el embajador estadounidense debería haber comunicado sus declaraciones al canciller, quien es su interlocutor institucional, antes de emitir cualquier opinión que pudiera considerarse injerencista.
El exministro subrayó que si bien los embajadores tienen el derecho de informar a la opinión pública, existe una distinción crucial entre la libertad de expresión y la injerencia. Esta diferencia es vital para preservar la soberanía y la independencia de Paraguay. Acevedo enfatizó que el país tiene derecho a ser consultado previamente sobre cuestiones que puedan afectar sus políticas y decisiones internas.
Reiterando la importancia de la soberanía paraguaya, Acevedo afirmó que es esencial recordar a Ostfield que Paraguay es un Estado soberano e independiente, lo que implica que cualquier relación internacional debe basarse en la consulta y el respeto mutuo. Su llamado pone de relieve la necesidad de mantener un equilibrio en las relaciones diplomáticas, donde la independencia nacional sea siempre una prioridad. A través de estas declaraciones, Acevedo no solo manifiesta su preocupación por la injerencia externa, sino que también aboga por un diálogo más respetuoso y fundamentado entre países.
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