Variedades : Europa no es el centro de la historia mundial
16/11/2024 / Variedades / Visitas: 398
La modernidad no es civilización, renacimiento ni avances cientÃficos. Para aprender, tendremos que desaprender. Es urgente replantearnos la historia que nos han contado. Por Edisson_hilos
La historia humana no es, como insiste el eurocentrismo, una sucesión de etapas lideradas exclusivamente por Europa.
Proponer que la "Antigüedad", la "Edad Media", la "Modernidad" y la "Edad Contemporánea" son categorías universales, es reducir las complejidades de todas las civilizaciones a una simple narrativa europea.
Para comprender una historia realmente global, es necesario abandonar esta visión única e impuesta.
Europa no ha sido el destino final de la humanidad, y los centros de desarrollo se han desplazado a lo largo de milenios, con civilizaciones diversas que sentaron las bases de lo que llamamos “historia mundial”.
Según el relato eurocéntrico, la historia avanza de oriente a occidente y culmina en Europa como el "fin" de la historia universal.
Hegel afirmaba que la historia comenzaba en Oriente (China) y se desplazaba hacia Europa, ignorando a América y al resto del mundo, como si solo fueran notas al pie en el gran relato europeo.
Este enfoque, impuesto durante siglos, ha invisibilizado a civilizaciones que florecieron mucho antes de que Europa adquiriera protagonismo.
América, por ejemplo, relegada a la “periferia” en los mapas históricos, era el centro de grandes culturas cuando Europa aún estaba en su penumbra medieval.
Primera Etapa: La Era Neolítica y la Expansión de Occidente a Oriente Las raíces de la historia humana no se encuentran en el legado griego o romano, sino en las revoluciones del Neolítico.
La revolución agrícola, que marcó el paso de la recolección a la producción de alimentos y permitió el surgimiento de las primeras ciudades, transformó la vida humana y sentó las bases para la civilización.
Hace aproximadamente 9,000 años en el sur de la actual Turquía, cerca del Monte Ararat, la agricultura permitió el cultivo organizado de alimentos y, junto con la domesticación de animales, transformó la economía, facilitando el surgimiento de las primeras ciudades.
Estas innovaciones propiciaron la formación gradual de ciudades organizadas a lo largo del río Tigris y el Éufrates en Mesopotamia, donde surgieron los primeros sistemas de organización social y política
Esta es la verdadera “Edad Antigua”, el período en el que surgieron instituciones sociales, oficios especializados y las primeras infraestructuras urbanas, mucho antes de que Roma o Atenas existieran.
Los pueblos de Mesopotamia y el Antiguo Egipto fueron los primeros en escribir códigos de leyes y establecer sistemas de justicia que protegían a los vulnerables.
El Código de Hammurabi, uno de los ejemplos más antiguos de legislación, protegía no solo al ciudadano común, sino también al huérfano, al pobre y al extranjero, sentando precedentes de justicia social que Europa desconocería hasta milenios después.
Egipto, alrededor del 3000 a.C., también jugó un papel central como una de las primeras civilizaciones organizadas. Este imperio contaba ya con un sistema estatal complejo y un código ético simbolizado en la balanza de Osiris, ícono de la justicia.
En su “Libro de los Muertos”, el difunto declaraba sus buenas obras ante Osiris, un ritual de responsabilidad moral que antecede en siglos a la filosofía de la ética griega.
Sin embargo, este legado ha sido minimizado en los relatos convencionales, que sitúan el origen de la ética y la justicia en la Grecia clásica.
Egipto no solo inspiró el pensamiento ético, sino que también influenció a los pueblos semitas y griegos, quienes tomaron de esta cultura símbolos y conceptos filosóficos como el "logos" o "palabra creadora".
Incluso hoy en día, símbolos como la pirámide y el ojo de Horus en el billete de dólar estadounidense son un recordatorio de la influencia de esta civilización africana.
Conviene recordar que la filosofía no comenzó en Grecia, sino 3,000 años antes en Egipto. No está de más señalar que el helenocentrismo es la raíz del eurocentrismo.
Por ejemplo, la palabra "Ptah" se refiere al gran dios de Egipto, de modo que "Egipto" (Egip.tah) significa "los adoradores de Ptah", el dios venerado en Menfis. "Egipto" y "copto" comparten esta raíz.
Ptah tenía dos partes, una que encarnaba el corazón, Horus, y la otra era la lengua, que simbolizaba a Toth. Esta lengua se convirtió luego en el concepto de "palabra" para los hebreos y en el "logos" para los griegos.
La razón griega y el verbo creador de la tradición hebrea derivan ambos de Toth, la "palabra de Dios" en Egipto.
Esto muestra que Egipto fue la cuna tanto del pensamiento semita como del griego y que esta cultura era africana, estrechamente vinculada a los pueblos bantúes.
En la tumba de Tutankamón —quien, por cierto, era de baja estatura— se hallaron objetos personales, desde sus primeros zapatos hasta el último par que usó,reflejando una tradición aún viva en muchas culturas africanas, como en Kenia y Argelia, donde los muertos son enterrados con sus pertenencias para estar preparados en el más allá.
Feflejando una tradición aún viva en muchas culturas africanas, como en Kenia y Argelia, donde los muertos son enterrados con sus pertenencias para estar preparados en el más allá.
La gran cultura madre del Mediterráneo es africana.
¿Y dicen que los pueblos negros nunca aportaron nada? Ellos fueron los maestros del pensamiento egipcio, hebreo, griego, cristiano y musulmán.
Y si algún sionista está leyendo este hilo, conviene también recordarle: el hebreo no es más que un dialecto palestino:
Las rutas de intercambio cultural y comercial conectaron estas culturas en redes de influencia que Europa no descubriría hasta siglos después.