El Ejército brasileño, comandado por el Conde D’ Eu, a medida que iba ganando batallas avanzaba por el territorio paraguayo.
El 10 de agosto llegaron a Piribebuy. La situación del Ejército paraguayo era paupérrima. Cansados, prácticamente sin armas y en condiciones infrahumanas, seguían resistiendo los ataques del enemigo.
La situación llego a un punto tal, que en Paraguay se podía afirmar que ya no quedaban soldados para seguir luchando.
El pueblo fue cercado e intimada la rendición al comandante Pedro Pablo Caballero, quien contestó textualmente: "Estoy aquí para pelear y si es necesario morir, pero no para rendirme". No ha de existir pueblo que haya sufrido tanto como el de Piribebuy durante la Guerra contra la Triple Alianza: degüellos, violaciones, matanzas increíbles, humillaciones y demás.
El 12 de agosto en la plaza principal, donde se encuentra la iglesia, ocurrió la sangrienta batalla de Piribebuy, en donde soldados paraguayos armados más de valor que con armas reales se encargaron de retrasar el avance del Ejército aliado.
Fue una batalla desesperante la de Piribebuy, en donde los cañones fueron cargados con piedras, vidrios y arena porque no había balas, las mujeres combatían juntos a los hombres y si no tenían armas, tiraban tierra a los ojos de los invasores.
El 16 de agosto se produce la heroica batalla de Acosta Ñu, donde, a falta de soldados, los niños fueron disfrazados con barbas postizas para que el enemigo los tome por adultos y les presenten combate. "Seis horas resistieron las cargas de la pesada Caballería brasilera, que vengando el engaño acabaría incendiando el campo de batalla con sus oponentes infantiles", según cuenta el historiador argentino José María Rosa en su libro"La Guerra del Paraguay y las Montoneras argentinas".
Dijo Juan José Chiavenatto en su libro: "Los niños de seis a ocho años, en el fragor de la batalla, despavoridos, se agarraban a las piernas de los soldados brasileros, llorando para que no los matasen. Pero eran degollados en el acto".
Después de la insólita batalla de Acosta Ñu, cuando estaba terminada, al caer la tarde, las madres de los niños paraguayos salían de la selva para rescatar los cadáveres de sus hijos y socorrer a los pocos sobrevivientes, el Conde D’Eu mandó incendiar la maleza, matando quemados a los niños y sus madres. "Su orden era matar, hasta el feto del vientre de la mujer".
El Hospital de Piribebuy fue incendiado luego de que se cerraran todas las puertas y ventanas con 600 heridos, médicos y enfermeras dentro. El Archivo Nacional de la República fue sacado a la calle y con los documentos históricos se hicieron fogatas. La sangre corría por las calles como agua de lluvia, cuando se degolló a 900 prisioneros.
La Batalla de Acosta Ñu fue algo que en las batallas bélicas del mundo no tiene comparación, no existen antecedentes de otros Ejércitos integrados completamente por niños.
En esta sangrienta batalla, aproximadamente 4.000 niños paraguayos enfrentaron a 20.000 soldados del Ejército brasilero, lo que se conmemora como un acto de heroísmo sin igual. Por la masacre producida, hasta la actualidad en Paraguay se recuerda la batalla de Acosta Ñu como un episodio de gloria.
"Si hemos vencido fue porque hasta los niños paraguayos hemos matado", entre otras más, fueron las declaraciones de Domingo Sarmiento ya finalizada la Guerra de la Triple Alianza. Esta es la historia de los niños mártires de Acosta Ñu, y para conmemorarlo, todos los 16 de agosto se festeja el Día del Niño en Paraguay.