Los efectos negativos del uso de herbicidas e insecticidas han cobrado notoriedad entre los vecinos, quienes reportan un fuerte olor en el ambiente que dificulta el descanso nocturno. Este problema afecta particularmente a los niños y a las personas de la tercera edad, que son más vulnerables a la contaminación. "Es preocupante", señala un vecino, quien expresa que la comunidad ha tolerado esta situación durante aproximadamente 10 años, pero que, en tiempos recientes, las preocupaciones han crecido considerablemente.
Además, la contaminación ha llegado a afectar un arroyo cercano, otro recurso vital para la comunidad, que se encuentra al lado de una escuela y un comedor. Este arroyo es una fuente crucial de agua y su deterioro pone en riesgo la salud de los habitantes, especialmente de los más pequeños.
Los testimonios de los residentes son desgarradores. Una mujer relató que su familia, compuesta por personas mayores, ha enfrentado problemas de salud significativos, incluyendo la muerte de sus aves de corral, lo que evidencia la gravedad de los efectos secundarios provocados por la exposición a estos químicos. El impacto de los agrotóxicos no solo se limita a la salud física; también afecta la economía local, ya que muchos pobladores dependen de la agricultura para subsistir.
Frente a esta problemática, la comunidad de Y’ambue ha decidido alzar su voz y denunciar el uso indiscriminado de sustancias tóxicas que amenazan su bienestar. La situación pone de relieve la necesidad de establecer regulaciones más estrictas sobre el uso de agrotóxicos y la responsabilidad de los productores en garantizar la salud de las comunidades rurales. La esperanza es que, al llamar la atención sobre este asunto, se puedan emprender acciones que protejan a los pobladores y sus estilos de vida.
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