La operación fue llevada a cabo por el helicóptero Águila de la Policía Militar, que interceptó el avión justo cuando este aterrizaba en un aeropuerto clandestino, ubicado entre las ciudades de Penápolis y Araçatuba. El piloto intentó evadir la captura al maniobrar la aeronave en un intento de escapar, pero la pronta acción de las autoridades impidió que lograra su objetivo. Como resultado, tanto el piloto, de 33 años, como un pasajero de 45 años, fueron detenidos.
Es importante destacar que el conductor de un automóvil que debía brindar apoyo en la operación logró escapar, lo que indica la complejidad y organización del tráfico de drogas en la región. La policía ha referido el caso a la Policía Federal, un paso importante para continuar la investigación y posiblemente desmantelar redes más amplias de narcotráfico.
Investigaciones adicionales revelaron que la aeronave, identificada con el prefijo PT-EKC, está registrada a nombre de un hombre que alguna vez figuró en la lista de Interpol, lo que sugiere un vínculo con actividades ilícitas previas. Este individuo ya había sido detenido en 2018, cuando transportaba 450 kilogramos de cocaína en un bimotor hacia Manaos, lo que resalta un patrón de involucramiento en el tráfico internacional de drogas.
Este episodio pone de manifiesto la constante lucha que enfrentan las autoridades brasileñas en la gestión del narcotráfico, subrayando la necesidad de una cooperación más amplia y medidas más efectivas para abordar esta problemática. La detección y neutralización de estas actividades es crucial para mejorar la seguridad y combatir el crimen organizado en el país.
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@danifiguesti