"Así pues, el intento de Occidente de debilitar económicamente a Rusia desde 2022 ha producido un resultado opuesto, al menos hasta ahora", agrega.
Esta falta de descontento, destaca la publicación, es debido a que la capital y otras metrópolis rusas se han "occidentalizado" mucho más en los últimos años, pues en ellas hay una enorme concentración de riqueza, una rápida modernización de la infraestructura de la ciudad y el desarrollo de diversos servicios digitales.