La riña tuvo lugar el pasado fin de semana, y el cuerpo de Rojas fue encontrado el lunes siguiente por el líder comunitario, quien, consternado por la situación, notificó a las autoridades policiales del área. La escena del crimen fue investigada por una comitiva fiscal-policial liderada por el fiscal Andrés Cantalupi.
Según el informe del médico forense, Rojas había sufrido heridas de machete y múltiples contusiones, y su cuerpo fue hallado en condiciones que indicaban que llevaba muerto aproximadamente 24 horas. Este hallazgo pone de relieve tanto la violencia que puede ocurrir en conflictos internos como la necesidad de abordar las causas subyacentes que llevan a tales confrontaciones.
Los líderes de la comunidad han señalado a dos supuestos involucrados, conocidos como Yoyi Vera y su hermano Ademir Vera, quienes actualmente se encuentran en paradero desconocido. Este tipo de incidentes no solo afecta a las víctimas y sus familias, sino que también impacta en la cohesión social del grupo, generando un clima de incertidumbre y temor.
Este trágico suceso invita a reflexionar sobre la importancia de fomentar el diálogo y la resolución pacífica de conflictos en comunidades indígenas, así como la necesidad de implementar medidas que garanticen la seguridad y la cohesión social entre sus miembros. La violencia nunca debería ser la respuesta a los desacuerdos, y es fundamental trabajar en conjunto para prevenir que hechos como este vuelvan a ocurrir.
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@danifiguesti