Estas palabras no son solo un desliz comunicacional; son un ataque directo a una comunidad entera que alberga a miles de ciudadanos honrados y trabajadores. Al insinuar que la violencia y el crimen son inherentes a la identidad de Pedro Juan Caballero, el Fiscal General no solo deshumaniza a sus habitantes, sino que también desvía el foco de atención de lo verdaderamente relevante: la muerte del legislador en un contexto que exige una investigación justa y transparente.
La situación en Paraguay se encuentra en una encrucijada crítica. La violencia institucional y la impunidad son problemas que amenazan el Estado de Derecho. En lugar de abordar estos desafíos de manera constructiva, Rolón optó por fomentar la división y perpetuar una narrativa estigmatizante. Estas actitudes no solo perjudican a una población específica, sino que agravan la polarización social y obstaculizan la búsqueda de soluciones efectivas a los problemas de criminalidad y violencia.
Es imperativo recordar que cada ciudad en Paraguay, incluida Pedro Juan Caballero, tiene una historia y una comunidad que merece ser tratada con respeto y dignidad. La muerte del Diputado Gomes requiere un enfoque que promueva la verdad y la justicia, alejado de declaraciones irresponsables que solo sirven para alimentar el odio y la discriminación.
El repudio a las declaraciones de Emiliano Rolón va más allá de una reacción local; es un llamado unificado de toda una nación que anhela dignidad y justicia para todos sus ciudadanos, independientemente de su lugar de origen. En estos tiempos desafiantes, es esencial que la sociedad paraguaya cultive la unidad y el respeto, como pilares fundamentales para construir un futuro más justo y seguro para todos.
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@danifiguesti