Felicita Alarcón ha declarado a Imperio FM que no solo vive en el terreno, sino que lo trabaja diariamente, refutando las acusaciones de abandono. Ella explicó: "Duermo aquí, amanece y salgo para trabajar; tengo a niños para mantener y no puedo estar aquí sentada todo el tiempo frente a mi casa." Esta afirmación subraya su compromiso con el terreno, que ha sido su hogar y el de su difunto esposo.
Por otro lado, los vecinos que apoyan la construcción del comedor argumentan que el terreno se encuentra en condiciones de abandono y es utilizado por personas con problemas de adicción. Raquel Villalba, una de las residentes involucradas, enfatiza que su comunidad continuará luchando por adquirir el terreno con el objetivo de crear un espacio que beneficie a los niños de la zona.
Ante la creciente tensión, el juez de faltas municipal, Donato González Paná, ha tomado la iniciativa de investigar la situación. Se ha comprometido a visitar el lugar para verificar la documentación de la propiedad y evaluar las condiciones del terreno en cuestión. Esta intervención busca encontrar una solución que respete tanto los derechos de la propietaria como las necesidades de la comunidad.
La disputa en Romero Cue refleja un microcosmos de problemas sociales comunes en muchas comunidades, donde la falta de recursos, la situación habitacional y las necesidades comunitarias a menudo chocan. La resolución de este conflicto será crucial para el futuro de los vecinos y determinará el uso que se le dará a un terreno con potencial para impactar positivamente en la comunidad.
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