Lo más visto: A LOS CORRUPTOS, A LAS CORRUPTAS
31/10/2020 / Lo más visto / Visitas: 72486
Todas las madres quieren que sus hijos crezcan y se hagan presidentes, pero no quieren que mientras tanto se conviertan en políticos”. John F. Kennedy, presidente de Estados Unidos entre 1961 y 1963.

Ese artículo lo hemos  escrito pensando en toda la sociedad. Y está dirigido a los corruptos y a las corruptas que sin piedad socavan la dignidad de un pueblo sufrido y desprotegido, de un pueblo dolido y estafado, de un pueblo humilde y trabajador. Cada letra y cada frase escrita aquí viene acompañada por el sentimiento unánime de los CENTENARES de Pedrojuaninos, de los MILLONES de paraguayos, que hoy se sienten defraudados por ustedes los corruptos, de compatriotas que creyeron en sus promesas y discursos, y de los centenares de habitantes de esta bendita ciudad que hoy carecen de lo básico porque ustedes los corruptos, políticos o no, se han llenado de tanto que no les pertenecen. 

Con poca diplomacia –pues la decencia nunca ha hecho parte de vuestro carácter – y, por ende, no les rendiremos  la cortesía de embellecer nuestras palabras, comenzamos este articulo diciéndoles lo siguiente: señoras corruptas, señores corruptos: estamos ‘hartos’ de que se roben nuestros trabajos, estamos hartos de tanta corrupción, estamos hartos de tanta desvergüenza, estamos hartos de ustedes los inmorales. Estamos ‘hartos’ de que nos prometan más, únicamente para dejarnos con menos, estamos ‘hartos’ de que se hagan pasar por uno más del pueblo durante vuestras campañas políticas,  únicamente para terminar quitándonos hasta el sueño de convertirnos  en algo más grande, estamos ‘atiborrados’ de que se burlen de quienes hemos creído en sus discursos llenos de mentiras, en sus slogans pegajosos, en sus saludos hipócritas  y en vuestra aparente generosidad que tan solo disfraza sus avaricias. Pero, sobre todo, señoras corruptas, señores corruptos, estamos ‘re hartos’ de que se nos exijan tanto, cuando ustedes quieren que nos conformemos con tan poquito. 

Si ustedes son de aquellos que duermen tranquilamente por las noches, creyendo que se merecen lo que se han metido en sus bolsillos–que pareciera no tener fin–, o son de aquellos que adornan sus remordimientos escudándose con el famoso dicho ‘es que así es como se hacen las cosas aquí’, les decimos que no tienen derecho a conciliar el sueño, ni tienen derecho a estar libres de culpa, pues cada vez que les pegan un ‘mordisco’ a un contrato, cada vez que hacen que una calle, avenida u otra infraestructura cueste el triple, cada vez que, por vuestra cuenta, se sigue agrandando el hueco fiscal que tiene  este país en  desgracia, ustedes nos están robando a nosotros la posibilidad de vivir en una nación sin analfabetos, una nación sin miseria, una nación con prosperidad, una nación de deportistas, una nación sin hambre, una nación distinta, una población educada, una nación con derechos, una nación sin enfermos ni mendigos ni miseria, una nación sin privilegiados, una nación sin derechos. Pero, sobre todas las cosas, señoras corruptas, señores corruptos, cada vez que ustedes venden su alma por plata, ustedes le están robando a la gente la esperanza de seguir creyendo, y le está quitando a los funcionarios públicos, a las personas con valores, a las personas patriotas que sí hacen, que sí son honrados y que sí quieren darle la vuelta a Pedro Juan Caballero, al Paraguay, la posibilidad de que este pueblo crea en sus palabras. 

Por esto, y por muchas otras cosas más, hoy concluimos este articulo diciéndoles que más allá del miedo que deben tenerles a que, finalmente, la Fiscalía, la Procuraduría o la Contraloría, Delitos Económicos, la SEPRELAD, EN FIN LA JUSTICIA TRANSPARENTE Y LIMPIDA,  les caigan encima como es debido, ustedes primero deben tener es vergüenza con el pueblo que los puso donde nunca han debido estar sentados, y deben pedirle perdón a los miles de compueblanos que pagamos impuestos, haciéndonos más pobres, únicamente para que gente como ustedes se sigan haciendo descaradamente más ricos. 

No continúen mojándole las orejas a este pueblo pacífico y sacrificado. Todo tiene su retorno, todo tiene su final. Recuerden las próximas elecciones y de que no hay mal que dure cien años. Les queda dos estamos cruciales por sortear: el pueblo y Dios

Porque el cáncer más grande que tiene esta ciudad, este país se llama la corrupción, y la única manera de acabar con él es dejando de comprar esos ‘remedios’ que han resultado ser mucho peores que la misma enfermedad. Como ustedes y como todos los que le siguen sus paso y con quienes conforman una miserable rosca mafiosa.

Un mensaje al pueblo: persigamos la maldita y asquerosa corrupción y a sus personeros los corruptos que destruyen todo el tejido social más sano de nuestro querido país.

Lic. Prof. Osvaldo Paniagua

Caricatura: El Independiente 

#Pedro Juan Digital 

 


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