A pesar de que el transporte de larga distancia no recibe subsidios directos del gobierno, se han llevado a cabo esfuerzos para mejorar el transporte público en general. En el 2023, el gobierno, bajo la administración del presidente Santiago Peña, adquirió 46 nuevos autobuses de mediana y larga distancia, con una inversión total de 12.2 millones de dólares. Peña resaltó la importancia de la colaboración entre el sector público y privado, destacando que las inversiones del sector privado son cruciales para modernizar la flota de transporte.
En contraste, es importante señalar que el gobierno sí subsidia el transporte público urbano, destinando en 2023 un total de G. 332.551 millones en ayudas económicas. Sin embargo, el sector de larga distancia queda fuera de estos beneficios, lo que plantea interrogantes sobre la regulación y el control de tarifas en un servicio que se vuelve cada vez más inaccesible.
Este primer año de la presidencia de Santiago Peña ha estado marcado por aumentos significativos en la canasta familiar y, ahora, en el transporte de larga distancia. La falta de regulaciones claras y la ausencia de control estatal sobre los precios de los pasajes podrían llevar a los ciudadanos a cuestionar la dirección de las políticas gubernamentales y su compromiso con el bienestar de los viajeros. El aumento abusivo de los pasajes, sin una justificación adecuada, representa un desafío que requiere atención urgente por parte del gobierno y de las entidades reguladoras.
