La denuncia que enfrenta Insfrán incluye el uso de la palabra "macaco" y gestos que imitarían a un mono, lo que, según la legislación brasileña, constituye un acto de racismo, un delito castigado severamente en el país. La ley brasilera establece que las personas acusadas de racismo pueden enfrentar penas de hasta cinco años de prisión, lo que demuestra la seriedad con la que se aborda este fenómeno social.
Oscar Benítez, esposo de Lucía, ha expresado su angustia ante la situación. Sin el dominio del idioma portugués, se ha encontrado en una situación de vulnerabilidad, incapaz de comprender los procedimientos legales que enfrenta su esposa. Su desesperación es palpable, ya que sus hijos han regresado a Paraguay, dejándolo solo en un país extranjero, buscando asistencia y clarificación sobre el paradero de Lucía.
Este incidente no solo refleja el desafío del racismo y sus repercusiones, sino también resalta la fragilidad en la que se encuentran muchos inmigrantes cuando se enfrentan a sistemas legales que les son ajenos. La historia de Insfrán pone de relieve la necesidad de mayor sensibilidad y apoyo hacia los extranjeros, así como la urgencia de abordar la educación sobre el racismo y la inclusión en contextos deportivos y sociales.
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@danifiguesti