Los hechos se desarrollaron cuando Gómez se encontraba solo en su estación de servicio. Un grupo de entre tres y cuatro individuos, a bordo de una camioneta de color oscuro, presumiblemente un modelo Toyota Fortuner, llegó al lugar y, sin advertencia, abrió fuego contra él. Tras perpetrar el crimen, los atacantes huyeron rápidamente hacia Brasil, dejando a la víctima tendida en el suelo con visibles heridas en la cabeza, el rostro, el brazo y el tórax.
La intervención de las autoridades se realizó de manera inmediata. El fiscal José Luís Torres ordenó el levantamiento del cuerpo, que luego fue trasladado a la morgue para su inspección por el médico forense, Dr. César González Haiter. Este confirmó que Gómez recibió un total de 30 impactos de proyectiles, disparados a menos de 70 cm de distancia. La causa de la muerte fue diagnosticada como “shock neurogénico, que le ocasionó una muerte instantánea”.
El análisis forense reveló que en el lugar del ataque se encontraron alrededor de 85 vainillas servidas y percutidas, indicando el uso de múltiples armas de fuego. La Policía de Investigaciones está trabajando arduamente para recopilar evidencias que puedan ayudar a esclarecer el crimen, determinar su móvil y la identidad de los responsables.
Lo alarmante de esta tragedia es que, según han declarado los familiares de Gómez, el empresario no tenía conocidos enemigos ni había recibido amenazas, y su hábito de transitar solo sin portar armas refuerza la misteriosa naturaleza del ataque. Este suceso no solo representa una pérdida para la familia de Gómez, sino que también pone en relieve los crecientes problemas de seguridad en la región, despertando preocupaciones en la comunidad sobre la violencia y el crimen organizado.