Los oficiales del Departamento de Informática de la Policía Nacional fueron los responsables de identificar a Gómez durante su visita. Según declaraciones del suboficial inspector Elías Benítez, al comprobar su identidad, se hizo evidente que la mujer estaba vinculada a un caso de homicidio doloso, homicidio doloso en grado de tentativa, lesiones graves, robo agravado y asociación criminal.
El caso que llevó a la orden de captura por parte del juez Cándido Insfrán Mendieta se remonta a un violento atentado que tuvo lugar hace ocho años. En este evento, un agente de policía, el suboficial inspector Samuel Riquelme, fue atacado por ocupantes de una motocicleta, resultando gravemente herido. Durante el enfrentamiento, el oficial logró herir a uno de los atacantes, quien posteriormente falleció.
Una de las particularidades del caso es que la motocicleta utilizada en el ataque estaba registrada a nombre de Gómez. Ella argumentó que había adquirido el vehículo para un familiar y que no se habían efectuado las transferencias de propiedad necesarias. Este aspecto ha subrayado la importancia de realizar transacciones de venta de manera formal y legal, algo que el suboficial Benítez enfatizó en su declaración. "Instamos a la ciudadanía a que, al realizar una venta, se cumplan con todas las formalidades legales para deslindar la responsabilidad penal", indicó.
Este incidente resalta la constante lucha de las autoridades por garantizar la seguridad y la justicia, al mismo tiempo que pone de manifiesto la necesidad de que los ciudadanos sean conscientes de sus responsabilidades legales en las transacciones de bienes. La detención de Pastora Olmedo Gómez no solo es un triunfo para la policía, sino también una lección sobre la importancia de actuar dentro del marco legal para evitar implicaciones penales.
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