González Roa estaba bajo una orden de captura emitida por un juzgado de Pedro Juan Caballero debido a denuncias de abuso sexual en niños. Este hecho generó una mezcla de reacciones en la comunidad, ya que la noticia de su deceso coincide con graves acusaciones que lo colocaban en el centro de una investigación judicial. La lluvia que azotó la región desencadenó el accidente fatal, resultando en severas lesiones que llevaron a su ingreso en el Hospital Distrital local, donde fue declarado fallecido debido a un traumatismo cráneo-encefálico grave.
El fiscal Hernán Mendoza, encargado del caso, no solo confirmó la causa de muerte, sino que también mencionó la presencia de cultivos de supuesta marihuana en las cercanías del lugar. Esto añade otra capa de complejidad al perfil de González Roa, quien podría haber estado implicado en actividades ilegales además de las acusaciones de abuso.
La muerte de Epifanio González Roa subraya la relación entre la ley, los delitos sexuales y las circunstancias trágicas que pueden rodear a quienes son perseguidos por la justicia. Al final de las diligencias, su cuerpo fue entregado a su hija, marcando un desenlace que, aunque irreversible, deja abiertas interrogantes sobre la seguridad de la comunidad y el manejo de casos tan delicados. Este episodio es un recordatorio de la importancia de abordar el abuso sexual en niños con rigor, al mismo tiempo que se reflexiona sobre las trágicas realidades que enfrentan algunas personas buscadas por la ley.
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@danifiguesti
