El soldado raso Iván Kuts, inspector de la guardia fronteriza, fue parte del grupo de militares ucranianos que se rindió al Ejército ruso en vísperas de la Navidad ortodoxa.
"Hay muchos heridos, pero los muertos son más. El crematorio estacionario de la ciudad de Járkov no se daba abasto, por eso trajeron hornos móviles. Queman los cuerpos para no pagar indemnizaciones a las familias", comentó.
Kuts precisó que el Ejército ucraniano incinera también los cuerpos de los mercenarios extranjeros para ocultar su presencia en el país.
A finales de 2024, algunos familiares de los mercenarios colombianos dijeron a la Agencia Sputnik que no recibieron los pagos prometidos y que incluso se ocultó información sobre los cuerpos de los combatientes fallecidos, aparentemente para evadir el pago de indemnizaciones.